Las ventanas nos permiten obserbar el mundo desde un punto de vista único, resguardados del exterior nos convertimos en espectadores de lo que acontece. Todo pasa al interior en forma de una luz mágica, la mezcla de penumbra y de altas luces crean escenas únicas igualadas tan solo por la curiosidad de un niño. La de Nico.
Quiero agradecer a Mónica que nos abriera las puertas de la Casa de Entremuros, un entorno maravilloso con unas instalaciones esplendidas, situada en Cances a tan solo 6 kms de Carballo.
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